Contenta, ¡feliz!, emocionada...
A mi madre...
PEZ
A modo de
presentación:
A LA INVERSA
Este proyecto (más bien una
deuda), lo tenía en mi mente desde hace
mucho. Por uno u otro motivo se fue quedando en espera; hasta que casi dos años
atrás me vi inmersa en un período de retrospección, de desánimo y
desencanto como nunca había sentido
hasta ese momento. Con mayor razón,
todos los íntimos planes inherentes a
literatura o exclusivamente personales quedaron guardados en la gaveta de “lo
imposible”. Hubo bastante tristeza en mi
vida. La hubo, la hay, y creo siempre la habrá en mayor o menor medida, pero
supongo no es culpa de nadie, sino, rasgos característicos de mi persona vaya
una a saber heredados de quién. Sin
embargo, resulta imposible en ello obviar ciertos temas, y uno de ellos -tal
vez el más importante- está presente y
es hilo conductor de esta manufactura literaria: las madres. Mi madre.
No es primera vez que trabajo en
torno a su figura, a su nombre, a su memoria, a su falta. Y esta vez decidí
aunar algunos textos poéticos y de narrativa que giraban en torno a su persona
en un solo lugar: un pequeño libro “objeto” o de autor trabajado lo más
manualmente posible. El cartón ayuda a ello, tal como los pinceles, las
pinturas y/o accesorios a voluntad, mas, lo indispensable, es el imperecedero
deseo de cercanía con el ser querido, con el comienzo, con el origen de nuestra
vida (con el principio de nuestra muerte) y todas las emociones encadenadas que
conforman su devenir.
Y aquí estamos, madre…Tratando de
ganarle a los años; a los recuerdos no recordados; a la apatía que carcome el hueso y al desafío
que supone desnudarse a través de las letras, nuevamente, en pos de ti. Todo
valdrá la pena si con ello logro alivianar el espíritu en otro intento de
remontar el río a la inversa, hasta el
refugio húmedo y tibio que nunca debí
abandonar.
¿Me esperas madre?
¡Ya voy!
Amanda Espejo
Quilicura / noviembre
2016
Este "artilugio" lo conforman los siguientes textos:
PÓSTUMO
EN VANO
INARRUGABLE
BROTES DE HIEDRA VERDE
EN LA COCINA
1° DE NOVIEMBRE
TRENZAS SOBRE UN CINTILLO